Can Ricart: Graffiti silvestre

Can Ricart, uno de los tres grandes conjuntos industriales del siglo XIX que quedan en Barcelona, durante la época de la Burbuja Inmobiliaria, tenía que ser una operación urbanística más. La oposición de la plataforma vecinal, Salvem Can Ricart (Salvemos Can Ricart) contribuyó a que no fuera así y puso la atención en el patrimonio industrial del barrio del Poblenou. en 2008 más de la mitad de la fábrica fuera declarada Bien Cultural de Interés Nacional.
Diferentes proyectos alternativos, como la Casa de las Lenguas, no han sido exitosos. El año 2011, el Ayuntamiento firma un contrato de uso con la Universitat de Barcelona para el futuro Parque de las Humanidades y las Ciencias Sociales.
Mientras tanto y desde hace unos años, desarrolla sus actividades Hangar, un centro abierto para la investigación y la producción artística.
La natura hace su trabajo y ajena a estas vicisitudes mundanas y humanas del recinto, va ganando territorio. Antiguas plantas y árboles de la época fabril, palmeras e higueras, conviven con los matorrales, hierbas y flores que han brotado espontáneamente. Su mezcla con los graffitis que sobreviven como pueden entre los escombros, forman un conjunto, un ecosistema, que en silencio pero sin pausa ha ido apoderándose de Can Ricart.