En el contexto de la huelga feminista del 08/03/2019, la Comisión de Migración, Descolonial y Antirracista de la Huelga Feminista 8M, convocaron a una manifestación en Barcelona, «reivindicando los derechos de las trabajadoras del hogar internas y frente al racismo, la misoginia, el heteropatriarcado, el capitalismo, el antropocentrismo y el atentado contra los derechos, libertades y derecho a la autodeterminación de los pueblos».
De buena mañana y después de un almuerzo organizado, se inicia la marcha de unas 150 personas por las calles de Sarrià. Hubo quejas por parte de las asistentes, en cuanto al despliegue policial, puesto que lo consideraron «excesivo, incómodo y desagradable», según informa la Agencia 8M. La marcha transcurrió por los barrios acomodados de la capital catalana y acabó con una lectura de su manifiesto ante la Oficina del Registro General de la Delegación del Gobierno Espanyol en Cataluña, donde se hacen los trámites y gestiones de extranjería. Este manifiesto no solo trata la situación de la mujer migrante sino también la de gitanas y transgénero.
En cuanto al racismo y la xenofobia institucional, el manifiesto exige la derogación de la Ley de Extranjería y el cierre de los CIES, Centros de Internamiento para Personas Extranjeras, pide la ciudadanía sin condicionarla a la obtención de papeles, a la vez que rechaza que se legitime a partidos de derecha y ultraderecha como VOX. Destaca la hipocresía del gobierno español, al asumir el Pacto Mundial de la Emigración y no permitir la salida de los barcos que rescatan personas migradas.
Pide el derecho al empadronamiento sin domicilio fijo y exige el derecho a la vivienda mediante el alquiler digno. La actual situación hace que se aplique una política de desahucios que va contra las mujeres migradas en situación de precariedad.
Quiere salud universal para todas las personas y que se proteja socialmente la población migrada y refugiada además de su estatus legal. Que este sistema de salud no aplique las esterilizaciones forzadas de las mujeres migradas a las cuales no se tiene en cuenta, a la vez que exige el aborto libre y gratuito. Rechaza el racismo y clasismo de los servicios sociales y la DEGAIA, Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia del gobierno catalán, y las políticas «integradoras» para las mujeres gitanas que refuerzan los roles patriarcales.
Respecto a la pérdida de autonomía económica, el manifiesto denuncia la precarización de los trabajos de curas y del hogar que realizan las mujeres migrantes y reivindica su derecho a contratos de trabajo y salarios dignos. Dice no a la Enmienda 6777 y sí a la ratificación del Convenio 189 de la OIT por la dignificación del trabajo del hogar y curas. Exige igualdad de condiciones para las mujeres transgénero migrantes, para que puedan acceder al mercado de trabajo, y una cuota del 1% de trabajadoras trans al funcionariado público.
Reivindica el reconocimiento de los derechos laborales de las compañeras migrantes que se consideran a sí mismas como trabajadoras sexuales.
Ante la violencia racista y heteropatriarcal, las mujeres gitanas rechazan el «paiocentrismo», también lo hacen con la difusión de una imagen estereotipada y caricaturizada de su comunidad, y reivindican la autonomía, diversidad, soberanía de sus cuerpos, su sexualidad y sus vidas.
La comisión denuncia que en los países de destino se eterniza la condición de persona migrada, a pesar de hacer muchos años que son a las sociedades acogedoras. Se continúa considerando migrantes a las hijas e hijos de las personas migrantes, ni que hayan nacido al lugar de destino, desvalorizándolos y rechazándolos porque existe un patrón de pertinencia al territorio en función de la raza, el origen europeo y occidental. Alerta del oportunismo de algunas ONG e iglesias que se sirven de su condición de refugio de personas migradas, para acceder a subvenciones que tendrían que ser destinadas al tejido asociativo de estas poblaciones.
Denuncia la industria proxeneta de tráfico de mujeres migrantes a las cuales aplica la violencia. La Ley de Extranjería facilita la actuación de estas mafias. Rechaza el exotització de los cuerpos y la sexualidad de las mujeres de origen diverso, al servicio del placer machista y misógino.
Las cuotas de color migrante para beneficiar electoralmente a los partidos políticos, sin que se transforme las estructuras de toma de decisiones y representación.
Por último, considera el día de la Hispanidad una afrenta hacia las poblaciones americanas y la colonización como un genocidio cultural.